Ciudad del Vaticano.- “El dirá lo que piensa y yoharé lo mismo”, dijo hace unos días el Papa Francisco,refiriéndose a su encuentro, mañana miércoles en el Vaticano,con el presidente estadounidense, DonaldTrump.
Sin embargo, en la audiencia entre los dos líderes,cuyas respectivas posiciones acerca de varios temas están muydistantes la una de la otra, debería prevalecer en cambio la“realpolitik”, buscando una parcial reconciliación después deun año de frío polar.
La intención, como trasciende dentro de los murosapostólicos, es la de frenar las tensiones de los últimosmeses. Por un lado el pontífice declaradamenteanti-capitalista, que busca privilegiar a los pobres, a los másnecesitados y a quienes son víctimas del actual sistema económicomundial que “mata”.
Y por otro lado el presidente “no cristiano”,como lo definió Bergoglio en abril de 2016 porque construye muros,parecen estar dispuestos, aun contra la propia intima voluntad, aestablecer al menos una relación que ante el mundoaparezca menos conflictiva.
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Una curiosidad, por otra parte significativa delencuentro, es el tiempo de la audiencia. En algunos medios seprevé un “coloquio breve”, que reiteraría el frío entreambos.
El Vaticano concordó la audiencia a las 8.30 horaitaliana, la 1.30 de la noche en México, también porque una horadespués Francisco preside la tradicional audienciapública de los miércoles en la plaza de San Pedro. Engeneral se habla de un mínimo de 20 minutos a un máximo de 30. Untiempo inferior podría considerarse como un senal negativo.
Po otro lado, la esposa de Trump, Melania, habríaescrito una carta a Francisco; una iniciativa que difícilmenteadoptada sin el consenso del marido. Al parecer, la “primeradama” se declaro honrada de poder conocer a Bergoglio,recordándole su fe católica.
Algunos medios italianos escriben que un resultadopositivo del encuentro de mañana sería más conveniente paraDonald Trump, dándole una especie de pausa en la “viacrucis”que en Washington esta enfrentando entre acusaciones de intrigascon los rusos y tensiones con los altos mandos del FBI.
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Cabe subrayar que en temas como migración,relaciones con el mundo islámico, ayuda a los pobres, estrategiasen el Medio Oriente y cambio climático, las posicionesentre Trump y Francisco tienen poco o nada en común.
Por el contrario, entre Washington y la Santa Sedehabría una cierta convergencia en materia de libertad religiosa,de protección de las minorías cristianas en el áreamedio-oriental y de algunos valores compartidos, como lacontrariedad al aborto, a la eutanasia y a las unioneshomosexuales.
Es posible que también lasituación en países como Venezuela y por lo consiguiente en Cuba,pueda ser abordada por Trump y Francisco.
El clima de una guerra civil que se vive enVenezuela y la perspectiva de una “revisión de lapolítica hacia La Habana” prometida por el mismopresidente estadounidense, inducen a algunos analistas a pensarque el tema podría formar parte del encuentro, si no directamenteentre Bergoglio y su huésped, seguramente en los coloquios entreel mismo Trump y el secretario de Estado de la Santa Sede,cardenal Pietro Parolin.
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En este contexto, no hay que olvidar que Caracases el principal socio comercial, y mucho mas, del régimencastrista , remplazo a la ex-URSS como el mayor abastecedor depetróleo de Cuba, y que la grave crisis venezolana ya ha provocadola reducción de 115 barriles diarios, de 115 mil en 2010 a losactuales 40 mil, creando serios problemas en el campo de laenergía y en la economía en general de la isla.
Donald Trump llegará esta noche, hora local, aRoma en medio de imponentes medidas de seguridad, que seprolongarán hasta que abandone el Vaticano, mañana, después dela visita al Papa.