Hace pocos años, Facebook y Twitter eran bienvenidos como herramientas democráticas, permitiendo el surgimiento de movimientos como la “primavera árabe”.
Hoy, crecen los temores sobre la forma en que estas redes pueden ser manipuladas para, por ejemplo, perturbar la elección estadounidense, o ser utilizadas por gobiernos autoritarios para reprimir a los disidentes.
Las últimas revelaciones de Facebook y Twitter, en las que reconocen que fueron utilizadas por entidades respaldadas por Rusia para desinformar y sembrar la discordia política, han potenciado las preocupaciones sobre el impacto de las redes sociales en la democracia.
“Ambos servicios son pasibles de ser objeto de abusos y manipulaciones por toda suerte de personas problemáticas, incluyendo servicios de inteligencia hostiles”, dijo Andrew Weisburd, miembro no residente de la Alianza para la Seguridad de la Democracia, creada este año para contrarrestar lo que considera esfuerzos de Rusia para socavar las instituciones democráticas, y que aglutina a investigadores estadounidenses y europeos.
El investigador Tim Chambers dice en un trabajo para el New Policy Institute que la proliferación de ‘bots’ o cuentas automáticas para que los temas se vuelvan virales, como los empleados en la campaña electoral estadounidense de 2016, son peligrosos para las elecciones y la democracia.
“Falsifican firmas en peticiones. Desvían los resultados de las encuestas y los motores de recomendación”, dijo Chambers.
“Los bots engañosos crean la impresión de que hay apoyo popular, un apoyo humano positivo y sostenido por determinado candidato, causa, política o idea. Al hacerlo, imponen un auténtico peligro al entramado político y social de nuestro país”, agregó.
Investigadores de la Universidad de Oxford dijeron en junio que redes sociales como Facebook y Twitter, las que se supone son una plataforma para la libre expresión, “también se han convertido en herramientas de control social” en muchos países.
TROPAS CIBERNÉTICAS
En Turquía, por ejemplo, las cuentas de los líderes opositores han sido blanco de campañas difamatorias.
En otros países, los gobiernos lanzan “bots” que amplifican algunas voces para crear una sensación artificial de popularidad, indicaron los investigadores, que agregan que algunos regímenes emplean “tropas cibernéticas” o contratan a privados para tales efectos.
Zeynep Tufekci, una socióloga de la Universidad de Carolina del Norte que estudia las redes sociales y los grupos de activismo, consideró que las plataformas que permitieron el surgimiento de la “primavera árabe” son ahora utilizadas contra los disidentes.
Las revelaciones de Facebook y Twitter sobre el uso de sus redes por entidades rusas para manipular a la opinión pública y polarizar al electorado antes de las elecciones de noviembre generaron preocupación.
Twitter compartió información con las comisiones del Congreso que investigan las sobre promociones en Estados Unidos de Rusia Today (RT), un grupo televisivo que tiene lazos con el gobierno de Moscú y que fue acusado por los servicios de inteligencia estadounidenses de entrometerse en la elección. RT “gastó 274 mil dólares en contenidos patrocinados en Estados Unidos en 2016”, dijo Twitter el pasado jueves en su blog oficial.
Facebook también reconoció que entidades extranjeras vinculadas a Rusia pagaron la promoción de mensajes políticos en la campaña, una potencial violación de las leyes electorales estadounidenses.
Emily Parker, autora de un libro sobre el tema, advierte contra idealizar o demonizar a las redes sociales. “Las redes sociales siempre han sido un arma de doble filo”, afirmó.