Histórica sentencia se dictó en contra de un delincuente, al ser condenado a pasar 62 años y seis meses tras las rejas, por el delito de Secuestro Exprés, luego que el Juez de Juicio Oral Penal con sede en el Primer Partido Judicial valoró las prueba presentadas por el Agente del Ministerio Público adscrito a la Dirección de Litigación Oral y Procesos, quien logró justificar y comprobar la culpabilidad del hoy sentenciado.
En la audiencia de individualización de sanciones y reparación del daño, el Tribunal de Enjuiciamiento por unanimidad resolvió dictar la sentencia y de la misma manera fue condenado a la reparación del daño a favor de las víctimas y al pago de una multa que se traduce en 754 mil 900 pesos.
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Los hechos que motivaron la sentencia ocurrieron el día 25 de agosto del 2017, alrededor de las 15:00 horas, cuando el imputado se comunicó vía telefónica con la víctima para que se presentara en un domicilio, ubicado en el fraccionamiento Paseos de San Antonio, donde al encontrarse en el interior, le cuestionó al hoy sentenciado sobre un vehículo de motor que días antes le fue prestado y que dejó abandonado sin motivo alguno sobre la calle.
Lejos de darle alguna explicación congruente, el acusado le propinó a la víctima un puñetazo en el rostro al mismo tiempo que tomó una macana en color negro, con la que golpeó en repetidas ocasiones la cabeza de su víctima, obligándolo a sentarse en una silla donde le amarró las manos con un cincho; posteriormente, quitó a la víctima las llaves de un vehículo de motor de la marca Nissan, así como su cartera, un teléfono celular iPhone 6 y dinero en efectivo.
Asimismo, amenazó a la víctima con cortar sus dedos con un machete al tiempo en que colocaba la mano sobre la silla, y a pesar de que el agredido le pedía que lo dejara salir, el acusado lo continuaba golpeando con la macana. Después de la agresión, el sujeto salió de la vivienda, oportunidad que aprovechó el afectado para soltarse de su mano derecha, pero el hoy sentenciado se dio cuenta, por lo que volvió a atarlo, lo amordazó, le vendó los ojos y amarró sus pies a la silla.
De nueva cuenta, el sentenciado salió del inmueble pero cuando regresó, iba acompañado de otra persona, diciéndole a la víctima que “había llegado su verdugo y que él era quien lo iba a matar”; el acusado le realizó diferentes preguntas, al tiempo que tomaba una moneda la cual lanzaba al aire y dependiendo del resultado, consideraba si era verdad o mentira lo que la víctima le decía, siendo que al caer en “mentira” lo golpeaba.
Posteriormente, le entregó el teléfono de la víctima a la persona que se encontraba en el domicilio y salió del inmueble abordando el vehículo propiedad de la víctima; cuando regresó a la casa, le indicó a su cómplice que se podía retirar, por lo que ambos se fueron del lugar, dejando a la víctima en el interior de la casa, privado de la libertad; sin embargo ahora sí logró desamarrarse, salió de la vivienda y pidió ayuda a los servicios de emergencia.
Es por ello, que, en la audiencia de individualización de sanciones y reparación del año, el Tribunal de Enjuiciamiento por unanimidad resolvió dictar sentencia de 62 años 6 meses de prisión en su contra.
LIBERTAD
Dada la sentencia impuesta, el delincuente podrá recuperar su libertad en el año 2080.