Con una lesión por arma blanca en el costado izquierdo resultó un hombre, vecino del fraccionamiento Valle de los Cactus, quien a sus 39 años se involucró en una riña callejera, de la cual sacó la peor parte y tuvo que quedar encamado en el Hospital Miguel Hidalgo, de esta ciudad.
Los hechos se registraron en la calle Paseo de los Cactus, del fraccionamiento antes mencionado, el cual se ubica en la zona oriente de la ciudad, cuando, por razones territoriales y antagónicas propias de pandillas, dos grupos rivales se encontraron de frente y, sin razón aparente comenzaron a reñir a golpes, como continuamente lo hacen en esa zona.
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Durante la reyerta, uno de los participantes, que no ha sido identificado, se cansó de utilizar los puños y de entre sus ropas sacó un arma blanca, con la que lanzó varios viajes a quien dijo llamarse Juan Antonio y contar con 39 años de edad.
Como también sucede en esos casos, en cuanto este sujeto cayó herido, de inmediato los demás participantes en la riña se dispersaron en diferentes direcciones, hasta perderse en la oscuridad de la noche.
Conocidos y familiares de Juan Antonio se dieron a la tarea de llamar tanto a los servicios médicos de emergencia, como a los elementos de la Policía Preventiva municipal, con la esperanza que lograran detener al responsable de las lesiones recibidas por el hombre.
Al arribar los paramédicos de la Cruz Roja Mexicana, se encargaron de revisar al lesionado, quien presentaba una herida penetrante causada por arma blanca en el costado izquierdo, que aparentemente no logró lesionar órganos vitales.
Aún así, fue trasladado a recibir atención médica de urgencia al Hospital Miguel Hidalgo, en donde lo reportan fuera de peligro y quedó encamado para su recuperación.
Mientras tanto, elementos de la Policía Preventiva, lograron la detención de Erwin Jonathan, de 30 años de edad, quien fue el único participante de la riña que no pudo correr a tiempo, si bien sí pudo comprobar que él no lesionó a Juan Antonio, pese a lo cual quedó detenido por rijoso.
LESIONES
Las heridas recibidas no ponen en riesgo la vida del hombre.