Un trabajador de 46 años que laboraba en el techo de una bodega en Ciudad Industrial, al sur de la mancha urbana, perdió la vida de manera instantánea tras precipitarse de una altura de 10 metros y estrellar su cabeza conta un tubo metálico, hecho que le provocó la expulsión completa de la masa encefálica.
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Dentro de esta misma nave, hace aproximadamente dos semanas, perdió la vida un menor de 17 años de edad, quien se precipitó al vacío mientras impermeabilizaba el techo del lugar.
En esta ocasión los hechos se registraron alrededor de las 16:00 horas de este sábado, en una bodega ubicada en la calle Julio Díaz Torre de Ciudad Industrial, cuando quien respondía al nombre de Israel y se encontraba reparando, a más de 10 metros de altura, el sistema de aire y ventilación de lugar, por alguna causa que no ha podido ser establecida, perdió el equilibrio.
Debido a que, pese a lo peligroso de las manobras que realizaba, el trabajador no se había colocado el arnés de seguridad requerido, al no poder asirse con seguridad de algún punto que le impidiera caer, se precipitó pesadamente hasta el piso de la bodega.
Para su mala suerte, al momento de impactar contra el suelo, lo hizo de cabeza y directamente contra un tubo colocado en el sitio para delimitar el estacionamiento de los vehículos propiedad de la empresa.
Este fortísimo golpe provocó que, literalmente, el cráneo se partiera en dos y la masa encefálica saliera expulsada y quedara regada en el sitio, provocándole una muerte inmediata.
Al escuchar el estruendo, sus compañeros se asomaron al sitio para observar lo que había ocurrido, encontrándose con el dantesco cuadro. Repuestos de la impresión, los trabajadores solicitaron la presencia de paramédicos, arribando a los pocos minutos paramédicos del Grupo de Operaciones Aéreas del helicóptero Halcón Uno, al mando del doctor Eduardo Álvarez, quienes observaron en el centro de la bodega a una persona de sexo masculino que se encontraba boca arriba ya sin signos vitales y a unos metros del cuerpo sin vida localizaron la masa encefálica, que salió expulsada del cráneo al momento del impacto.
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Dado que no había nada ya que hacer médicamente, se solicitó la presencia del agente del Ministerio Público adscrito a la Fiscalía General del estado, quien a su arribo dio fe de cadáver y ordenó su levantamiento para que éste fuera trasladado a las instalaciones del Servicio Médico Forense, para practicarle la necropsia de ley y posteriormente ser entregado a sus familiares para que le den cristiana sepultura.
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