En el transcurso de apenas tres años, el número de miembros reales que militan en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), ha caído en más de 67% en Aguascalientes, debido a las malas prácticas que se viven al interior de la dirigencia local de ese organismo político.
Se estima que, todavía durante 2016, cuando se realizó la campaña para renovar la titularidad del gobierno del Estado, el tricolor tenía en sus filas a alrededor de 90 mil personas y a la fecha solo cuenta con alrededor de 30 mil, número que disminuye cada día.
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Durante la jornada electoral del año anterior, los priistas apenas pudieron tener representación en 35% de las mil 600 casillas instaladas en la entidad, la cifra más baja en toda su historia.
Tras manifestar lo anterior, el expresidente de la corriente Democracia Interna de ese partido, Rafael Herrera Nájera, responsabiliza de la creciente desbandada a la dirigencia interna, que no ha tenido la sensibilidad para saber retener a quienes difieren en pensamiento, teniendo incluso expresiones de desprecio para quienes se alejan.
Existen muchas malas prácticas al interior del partido en Aguascalientes, que han provocado una fuerte desbandada. Es una situación mucho muy delicada, que deben de tomar en cuenta las cúpulas a nivel central, pues se tiene la intención de realizar el relevo del actual presidente, Enrique Juárez, con las mismas mañas que han tenido en los últimos procesos internos
Para nadie es un secreto que tanto la anterior, como la actual dirigencia, han hecho mucho daño el PRI a nivel local, al alejarse de los militantes y de las necesidades de la población, cuyos intereses no representan.
A diferencia de la campaña realizada en 2010, cuando se ganó la gubernatura del estado, la mayor parte de las alcaldías y las curules del Congreso estatal, hoy el PRI ha caído al cuarto sitio de las preferencias electorales y todo hace indicar que no falta mucho para que toque fondo, incluso con el riesgo de perder el registro.
Si no existe un golpe de timón de manera inmediata, no podremos contender dignamente en las elecciones de 2021. De lo contrario no podremos siquiera conservar ese cuarto lugar al que nos mandaron los electores en los comicios del año pasado. Se corre el riesgo de caer aún más si no cambian a la dirigencia, y no solo al presidente, sino a todos, porque no hay operación política, organización ni acción electoral.Rafael Herrera Nájera, Ex presidente de la corriente Democracia Interna del PRI