La caracterización de Emiliano Zapata, a través de una pintura que se exhibe en el Palacio de Bellas Artes ofende a los campesinos de México, a los descendientes del Caudillo del Sur y a aquellos que lucharon contra el régimen feudal enquistado en nuestro país a finales del Siglo XIX e inicios del XX.
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Para el exdirigente nacional de la Confederación Nacional Campesina (CNC), Augusto Gómez Villanueva, existe también una absoluta falta de seriedad en el desempeño de Miguel Hernández Félix, director del máximo foro cultural de nuestro país.
La exhibición del cuadro es “una parodia del Fin de la Historia y el Último Hombre, de Fukuyama”, conjugado con la intención perversa para tratar de derrumbar los símbolos de la historia que nos dan identidad nacional, expresa en entrevista realizada por la vía telefónica en sus oficinas de la Ciudad de México.
En un tono por demás molesto, el ex líder agrario, quien alguna vez fuera considerado como “presidenciable”, reconoce como válida la indignación de descendientes de Emiliano Zapata, así como de quienes se identifican con esa lucha social, no en un afán de homofobia, sino por haber caricaturizado de esa forma a uno de los símbolos sociales de nuestra nación.
*Encuentra el detalle de esta información en la edición de EL SOL DEL CENTRO de mañana jueves