El Instituto Municipal de la Mujer de Aguascalientes atiende aproximadamente a 300 mujeres al mes, principalmente brindando apoyo psicológico y asesoría jurídica, informó Karla Paola Ávila, titular de la dependencia.
A pesar de contar con una plantilla de 38 trabajadores, la atención sigue siendo insuficiente, especialmente en las áreas psicológica y jurídica, pues solo se cuenta con 12 psicólogas y tres asesoras jurídicas para todo el instituto.
“Estamos atendiendo a mucho personal con pocos trabajadores, entonces sí necesitamos más personal, pero estamos trabajando en proyectos para tener un aumento”, señaló Ávila. Asimismo, destacó la falta de cultura de la denuncia entre las mujeres que acuden al instituto.
De las cuatro o cinco mujeres que llegan semanalmente por casos de violencia, solo una o dos deciden presentar una denuncia formal.
La funcionaria explicó que el proceso de atención comienza con una valoración por Trabajo Social, seguido de sesiones psicológicas y, si la mujer decide continuar, con acompañamiento jurídico.
No todas toman la iniciativa de hacer una denuncia, pero seguimos apoyándolas con herramientas y cursos para que puedan tomar esa decisión en algún momento de su vida.Karla Paola Ávila, titular del Instituto Municipal de la Mujer de Aguascalientes
Además, Ávila destacó la implementación de medidas de protección como órdenes de protección y botones de seguridad, conocidos como el “botón rosa”. Actualmente, hay 15 botones activos que funcionan como dispositivos de alerta en caso de riesgo, enviando una señal directa al C4 para intervención inmediata.
No necesariamente al momento de denunciar tiene que ser una orden de protección; cuando vemos que la violencia llega a tal grado, independientemente de que no denuncien, nosotros podemos solicitar una orden de protección.
Finalmente, Ávila subrayó que muchas mujeres no denuncian por miedo o dependencia económica de sus agresores. Por ello, el instituto trabaja en la creación de nuevos oficios para que las mujeres puedan generar ingresos y romper con el círculo de violencia. “Es un factor determinante para que puedan alejarse del agresor y construir una nueva vida independiente”, concluyó.
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