Las labores de seguridad suelen estar identificadas con roles que desempeñan personas del masculino: los policías más icónicos son hombres (Matute), los cadeneros de los centros nocturnos, así como los guardias de centros comerciales y veladores por lo general son varones. Una empresa de seguridad privada que ha roto este paradigma.
Mayra Mendoza García es directora de Soberano Seguridad Privada, una empresa con cerca de 200 empleados, donde la mitad con mujeres de que desempeñan labores como guardias de seguridad, así como en áreas administrativas y de servicio.
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Recordó que en sus inicios, la empresa estaba integrada en su mayoría por hombres, pero diversas circunstancias: como marcados ausentismos en abril y mayo por la Feria de San Marcos, así como en diciembre por la temporada navideña, los impulsaron a incrementar la contratación de mujeres.
A pesar de que la seguridad se relaciona generalmente con la fortaleza física de los hombres, cuando dieron aviso a sus clientes –empresas y fraccionamientos privados– sobre la introducción de plantillas mixtas, hubo mucha apertura a los cambios en la plantilla que ahora tendrían una mayor participación de elementos femeninos.
Mayra Mendoza dijo que la estrategia rindió frutos: no solo las ausencias disminuyeron en los periodos críticos, entre los guardias de seguridad detectaron una mayor puntualidad y notaron un descenso en la solicitud de permisos para ausentarse –las mujeres suelen pedirlos únicamente en cuestiones de urgencia–. En términos generales observaron una mayor responsabilidad con el personal femenino, pues, aunque sigue habiendo incidencias, estas son comunes en cualquier empresa.
Reconoció que todavía hay espacios donde las necesidades del lugar requieren que se asigne en exclusiva a hombres, como los sitios con una alta incidencia de actos vandálicos, pero en la mayoría de las labores participan hombres y mujeres.
Por su parte Mónica Díaz, quien este año cumplirá 10 años en la empresa, reconoce que anteriormente había mayores restricciones para las mujeres, pues se creía que “no aguantaban”.
Algunas personas del sexo femenino se acercan a pedir empleo a las oficinas de Soberano Seguridad Privada en situación crítica, dicen que “no encuentran trabajo de nada”, han sido abandonadas por sus esposos o quieren dejar las labores domésticas porque no cuentan con prestaciones.
Trabajar en una empresa de seguridad no es una encomienda sencilla, las jornadas laborales no son flexibles y suelen ser 12 o 24 horas, además, en ocasiones rolan turnos; si bien, a las mujeres que llegan en condiciones vulnerables les tratan de asignar una jornada solo de día o de noche –según lo soliciten– todo depende de las demandas de los clientes.
Mónica Díaz dijo que las guardias desempeñan diversas funciones: control de accesos y salidas, registrar visitas, revisar los camiones y hacer recorridos por fábricas y residenciales; en el caso de los fraccionamientos privados, supervisan el buen uso de cajones de estacionamientos y que no haya consumo de bebidas alcohólicas en las áreas de uso común.
La empresa tiene diversas jerarquías operativas: elemento de seguridad, jefe de turno, jefe de servicio y supervisor operativo; han contado con mujeres en todos esos puestos.