Engañar a los hijos con la historia de fin de año de que el Santa Claus u otra entidad les traerán juguetes si su comportamiento es el ordenado, no se logrará ningún beneficio sino que se condiciona la conducta a cambio de un premio.
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Así lo planteó la psicóloga Ana Lorena Moreno Gómez, especialista en niños, quien consideró que la tradición de regalar juguetes a los niños en Navidad puede ser positiva,
pero el problema es que se utilicen figuras como el Santa Claus o el Niño Dios como una amenaza, pues se le dice al niño, que si no se porta bien no le van a traer nada y entonces el hijo comienza a portarse bien pero no por convencimiento sino por interés
Pero no es sólo eso,
los padres intentan educar a los hijos con otras amenazas como el que se lo va a llevar el viejo del costal, y esto en el fondo no funciona, pues es una crianza bajo amenazas y el comportamiento se da en base al miedo o a lo que el niño no quiere que le suceda, pero no hay un aprendizaje, no sabe cuál es la razón para tener cierta conducta
Crear la ilusión de que un ser celestial vendrá en Navidad a repartir regalos a los niños,
no es tan dañino porque ellos viven una etapa de mucha fantasía pero será responsabilidad de los padres el irle enseñando a sus hijos que el buen comportamiento es algo benéfico, incluso hasta espiritual y extender el concepto a la importancia de ayudar a otras personas o el de compartir regalos con sus compañeros
El niño debe empezar a comprender que recibir buenos o malos obsequios o incluso nada
No es consecuencia de su comportamiento, sino de una realidad, pero esta fantasía emociona muchos a los niños, elaboran sus cartas, planean lo que van a pedir y esto le agrega una parte académica a la tradición
Pero la connotación negativa puede ser la respuesta del niño:
No me trajeron los juguetes que pedí porque no me lo merecía, no fui bueno, y esto sí es muy significativo, va a perdurar como una mala experiencia en la vida adulta, aunque puede ser todo lo contrario si la convivencia familiar fue positiva y los regalos, si bien no caros, si importantes, pues es la infancia la etapa en la que se pueden crear buenos o malos recuerdos y van a formar parte las experiencias del adulto.
Ana Lorena Moreno Gómez, Psicóloga especialista en niños
Pero si el recuerdo es un castigo en Navidad o si se le decomisan al niño sus juguetes esto terminará en experiencias negativas.
CONSECUENCIA
Las malas o las buenas experiencias navideñas van a perdurar durante toda la vida de las personas.