La Iglesia católica no caminará bajo el sendero de la violencia y de la guerra, hechos que la historia juzgará con vergüenza, a sabiendas de que un hermano levantó la mano contra su hermano y, por el contrario, se promoverá la paz siempre como un horizonte alcanzable para todos, basándonos en el derecho internacional, la solidaridad entre los pueblos, y en el respeto de cada semejante y de nuestra casa común.
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A través de un mensaje denominado “No a la guerra ni a la violencia”, el obispo de la Diócesis de Aguascalientes, José María de la Torre Martín, de manera conjunta con el resto de los purpurados mexicanos, lamenta que, tan pronto inició el 2020, seamos testigos de una delicada situación de incertidumbre y violencia que vivimos a nivel nacional e internacional, que condena a la familia humana a seguir cargando vestigios de la guerra y los conflictos entre las naciones.
Sin mencionar directamente al conflicto que en estos días sostienen Estados Unidos e Irán, donde se registran ya hechos de destrucción y ataque frontal apoyados por otras naciones afines a cada uno de los contendientes, se hace un enérgico llamado para detener la violencia provocada por la intolerancia de ideas y la lucha de intereses de unos contra otros.
Como nos menciona el Papa Francisco en su mensaje para esta 53 Jornada Mundial de la Paz: ‘La guerra se nutre de la perversión de las relaciones, de las ambiciones hegemónicas, de los abusos de poder, del miedo al otro y la diferencia vista como un obstáculo
La Iglesia católica no permitirá la decadencia de la esperanza ante la obscuridad de la guerra y los conflictos y se pronunciará siempre para que la humanidad y las naciones ejerzan su derecho al diálogo honesto y al noble ejercicio de la diplomacia, como los métodos que salvaguardan la integridad y la dignidad de individuos.
Hoy en día no podemos seguir aceptando, mucho menos promoviendo discursos políticos que polarizan a la humanidad o que inciten a la violencia. La guerra representa siempre una derrota para la humanidad. Te imploramos Dios de la paz, que en tu infinita misericordia nos bendigas y vengas en nuestro auxilio. Que María, madre de todos los pueblos de la tierra, nos acompañe y nos sostenga en el duro camino de la reconciliación.José María de la Torre Martín, Obispo de la Diócesis de Aguascalientes