El suicidio de una niña de apenas 13 años, de edad, presumiblemente a causa del bullying que sufría en su entorno social, es una muestra de la fragilidad existente en nuestros días para responder son serenidad y firmeza ante las dificultades que sobrevienen en nuestra vida diaria.
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Rogelio Pedroza González, vocero de la Diócesis de Aguascalientes calificó como dolorosos para toda la sociedad hechos como el ocurrido la madrugada de este jueves en el fraccionamiento Morelos.
Todo suicidio es lamentable, más cuando se trata de personas muy jóvenes y hasta niños y por diversos motivos. En este caso, al menos por su recado, por bullying
Solo durante al presente año un total de nueve menores, de entre 11 y 17 años, han decidido escapar por la puerta falsa en el estado de Aguascalientes, siendo el caso más reciente el de la niña de 13 años que este jueves decidió terminar con su existencia.
Sobre el particular, el vocero del obispado reconoce que, lamentablemente esta situación es el reflejo de no tener un ambiente humano en el que una persona se pueda desarrollar y vivir en paz.
Habla también en parte de la fragilidad para poder superar cuestiones que se dan en la vida ante las cuales es necesario responder con serenidad y firmeza. Esto implica educar en la fortaleza y seguridad, e incluso en la valentía para permanecer a pesar de las dificultades.Rogelio Pedroza González, Vocero de la Diócesis de Aguascalientes
Es momento que, como sociedad nos preguntemos qué estamos haciendo los mayores como educadores con los jóvenes y qué valores transmitimos a los que inician el camino de la vida, así como el nivel de violencia que alcanza la agresión entre los propios menores, que utilizan contra sus propios compañeros y que nos hace vislumbrar un futuro de violencia.
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Requerimos reflexionar sobre las condiciones que como sociedad damos a los niños y decidirnos a cambiar de paradigmas, porque si los jóvenes aprenden de los grandes es necesarios revisar qué valores practicamos, cuáles son nuestros paradigmas y hacia dónde vamos con este comportamiento, así como cuál es el valor supremo que privilegiamos al interior de nuestras familias.
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