Legisladores federales pretenden asestar un golpe mortífero a la vida, al modificar la Ley de Salud, promover al aborto libre en todo el territorio nacional, y obligar a las instituciones de gobierno a dar todas las facilidades para legalizar la interrupción del embarazo hasta las doce semanas de gestación.
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Con una astucia y de forma tramposa, alerta el obispo de la Diócesis de Aguascalientes, José María de la Torre Martín, buscan imponer la mayoría del partido gobernante y con el apoyo de la Secretaría de Gobernación federal, permitir la contratación de “sicarios médicos” para eliminar las vidas en formación.
Quieren justificar su proyecto satánico de matar a los recién concebidos, imponer su obsesión mortífera a miles de criaturas inocentes e indefensas. Esto es un atraco legislativo. El pueblo tiene la palabra
A través de un mensaje a la Diócesis, el prelado deja en claro que quienes defienden el aborto, no están en contra de las mujeres ni pretenden criminalizarlas, pues comprenden el drama que implica tomar la decisión de abortar y reconocen el calvario que atraviesan, pero debe tenerse como base el derecho de las criaturas a la vida, pues los recién concebidos no son simples células, sino seres humanos que gozan de derechos plenos y deben ser tomados en cuenta.
No es legítimo eliminar una vida humana para resolver un problema, ni es permisible alquilar un sicario para resolver un problema. No es un problema de fe, la fe nada tiene que ver con esto, es un problema humano. No hay que ir a lo religioso en algo que concierne a lo humano. Nunca elimines una vida humana o rentes un sicario para resolver un problema
Lamentablemente, el pluralismo religioso, político y cultural que se vive hoy en día afecta el modo de ver el bien y el mal. Para el cristiano, un aborto voluntario será siempre un mal, pero en la sociedad pluralista hay quienes lo ven bien.
Pese a ello, el verdadero creyente, en el buen ejercicio de su libertad, actúa bajo la acción del espíritu y sabrá llevar a vida y esperanza a los demás, educar perseverantemente a sus hijos en el respeto a la vida desde que empieza hasta que termina, hablar con sus vecinos y asociarse para defender los auténticos derechos de la persona.
Un discípulo misionero de Jesús debe contactar con los diputados que conoce, para que oigan la voz del pueblo defensor de las mujeres y de los recién concebidos y no sólo los gritos de los grupos anti familia, anti matrimonio y anti vida. Debe participar activamente en la sociedad sembrando y fortaleciendo los valores que favorecen el respeto, la colaboración, la solidaridad y el bien de los más débiles
De la Torre Martín pidió finalmente orar de manera fervorosa para que ilumine a los legisladores y éstos defiendan la verdad y la vida, así como para que los gobernantes no comentan desaciertos favoreciendo el crimen y la impunidad.
No es legítimo eliminar una vida humana para resolver un problema, ni es permisible alquilar un sicario para resolver un problema.
José María de la Torre, Obispo de Aguascalientes